Economías comunitarias y la blockchain
La necesidad de economías comunitarias,
locales o solidarias[1]
basadas en la tecnología blockchain se hace cada vez más urgente aunque menos
obvia, si bien es la solución o el camino hacia un futuro justo, equitativo y
armonioso, la implementación de este nuevo sistema involucra un cambio de
paradigma económico y social, que sumado a la cultura de la ignorancia y el
miedo, hacen que los procesos sean cada vez más retrógrados.
Sin embargo el reto consiste en
acercar las posibilidades y por medio de la enseñanza junto a la información
objetiva, facilitar la adopción de las nuevas tecnologías en micro economías o
ecosistemas de economías locales, que pueden funcionar aún en las comunidades
más aisladas.
El propósito de las economías
comunitarias o locales, es que las comunidades tengan el control o una autonomía
económica real, sin intermediarios ni reguladores externos que manipulen el mercado.
Se trata pues, de un empoderamiento en la economía de las personas y en la
sociedad, siendo la blockchain, la tecnología que revoluciona y hace posible
este cambio de paradigma.
Sin embargo esta revolución
económica depende de que la información llegue de manera correcta, objetiva a
las personas, de lo contrario esta tecnología puede volverse en contra al facilitar
el trabajo de gobiernos oportunistas y corruptos, con mayor poder y control del
que poseen en la actualidad. Si las personas recuperan el control de su
economía, de forma automática los gobiernos pierden el poder sobre él, razón por
la cual usan todas las herramientas a su alcance para controlar y reprimir la
imaginación humana.
Así mediante la instrucción
adecuada de las herramientas tecnológicas basadas en la blockchain, proponemos
el intercambio de monedas digitales propias, basadas en emprendimientos
particulares, locales o comunitarios, así como en sus respectivos productos o
servicios. El respaldo es pues, el trabajo, los productos y servicios derivados
del tiempo invertido en un ejercicio particular y el medio de pago, pasa de ser
el dinero fíat o papel basado en crédito, a criptomonedas digitales basadas en
el trabajo o la riqueza real de las personas o comunidades.
Nuestra apuesta es pues por las
personas, por el trabajo, por la riqueza de la gente del común, por el derecho
a la información objetiva y verdadera, la información al igual que la educación
y la salud no pueden seguir siendo el privilegio de las élites, si existe la
oportunidad del rescate, optamos por rescatar a las personas, no por rescatar a
los bancos ni mucho menos a los banqueros. Creemos, que la única forma de que
el ser humano recupere el poder y la seguridad que proporciona la riqueza, es
con el control de su economía
Ecoe – ecosistemas
Es un portal web que actúa como
directorio o galería digital de medios, productos o servicios que facilita el
intercambio entre lo digital a lo físico entre las personas (productores) y
compradores o beneficiarios. Ecoe:
ecosistemas se propone como un faro entre el mar de la blockchain.
¿Cómo funciona?
Una persona o comunidad produce
un bien o un servicio, en otras palabras
emprende una idea, el resultado o producto que surge a partir de ahí, es
publicado y promocionado en el directorio o galería de productos y servicios de la web ecoe, que funciona a
modo de galería didáctica virtual y como enlace entre lo virtual y lo físico, sirviendo
de puente entre la blockchain (criptomonedas), la moneda fiat (peso, dólar, yen,
euro) y el trueque (bien, servicio o tiempo), para facilitar el empleo y uso de
esta tecnología en la práctica cotidiana.
¿Para qué sirve?
El objetivo es empoderar a las
personas de su propia economía, también para facilitar el intercambio entre
productores en un mercado descentralizado que se autorregula por la ley del
mercado, sin intermediarios ni manos “invisibles” que manipulen la economía.
¿Competencia o Compañerismo?
Para que exista mercado debe
haber una gama de productos y servicios que incentiven la dinámica del mercado,
el emprendimiento de un solo individuo es estéril, se requiere de muchos
actores para que se establezca un intercambio eficiente. Parte del cambio del
paradigma incluye el cambio de conceptos, entre ellos el concepto darwiniano de
la competencia, junto a la mano invisible y el actuar egoísta de Adam Smith, en
las que se degrada la ética y los valores de solidaridad y compañerismo, a
favor de la competencia feroz bajo la ley del más fuerte.
No competencia sino colaboración,
apoyo, compañerismo, solidaridad.
Por un mundo más orgánico
Manfred Max Neef [2] es
un economista chileno ganador del premio Nobel Alternativo en 1983, plantea que
la economía debe estar al servicio de la vida, sustentada en los siguientes
postulados fundamentales:
1. La economía está para servir a las personas y
no las personas para servir a la economía.
2. El desarrollo tiene que ver
con las personas y la vida, no con objetos.
3. Crecimiento no es lo mismo que
desarrollo, y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento.
4. Ninguna economía es posible al
margen de los servicios que prestan los ecosistemas.
5. La economía es un subsistema
de un sistema mayor y finito que es la biosfera, por lo tanto el crecimiento
permanente es imposible.
Principio valórico:
“El principio valórico irrenunciable que debe
sustentar una nueva economía es que ningún interés económico, bajo ninguna
circunstancia, puede estar por sobre la reverencia a la vida. Si tú recorres
estos puntos vas a ver que lo que hoy tenemos –en la economía neoliberal- es
exactamente lo contrario. Hoy en día llegamos al extremo, comienzo del siglo
XXI, que hay más esclavos de los que había antes de la prohibición de la
esclavitud en el siglo XIX. Esclavos en serio, no en sentido figurado, de los
cuales el 60% son niños y las demás, principalmente, mujeres” (Entrevista de la
Fundación DECIDE)[3]
Paola Caro
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